No se trata únicamente del estilo de letras que adorna un logotipo o un encabezado web. La tipografía transmite personalidad, valores y posicionamiento, incluso antes de que una sola palabra sea leída. Cuando está mal elegida, puede provocar disonancia cognitiva, confundir al consumidor y, en casos extremos, dañar irreversiblemente la credibilidad de la empresa.Numerosos estudios respaldan esta afirmación con contundencia. Un análisis de la Universidad de Loyola indica que hasta el 90% del juicio inicial sobre un producto se basa exclusivamente en el color y la tipografía, lo que coloca a esta última en el centro del juicio perceptivo. Y…