Iniciados en 2025, la inteligencia artificial representa ya una herramienta poderosa para las empresas, ofreciendo soluciones innovadoras y eficiencias operativas que antes eran inimaginables. Sin embargo, su adopción debe ir acompañada de un manejo cuidadoso para evitar riesgos que puedan perjudicar la reputación de la marca. Los consumidores son cada vez más conscientes de cómo las empresas utilizan la tecnología, especialmente cuando se trata de sus datos personales y la toma de decisiones automatizada. Si no se maneja con transparencia y responsabilidad, la IA puede dar lugar a malas experiencias de usuario, brechas de privacidad, o incluso a decisiones discriminatorias...