Antes de dejarse llevar por el pánico y convertirse inevitablemente de esta manera en sordas, ciegas y mudas, las marcas deberían tener en cuenta estas consideraciones marketeras.
La crisis emanada del coronavirus ha dejado en suspenso (aparentemente sine die) la economía y confronta con severas pruebas a las empresas: eventos cancelados, empleados acogidos obligatoriamente al «home office» y tijeretazos en los presupuestos.
Es terriblemente fácil que en momentos preñados de incertidumbre como los actuales, los marketeros se dejen llevar por el pánico. Pero antes de dejar que el pánico (que no atiende lamentablemente a razones) se abra paso en lo más íntimo de su ser, los marketeros deberían tener en cuentas estas 5 utilísimas consideraciones, la que desbroza a continuación Siamac Rahnavard en un artículo para Horizont:
1. Permanecer en contacto sin contagiarse
Para muchas empresas las ferias y los eventos son, no solo un importantísimo canal de venta, sino también una valiosa oportunidad para establecer contacto personal con clientes y socios.
Con centenares de eventos cancelados o aplazados como consecuencia del COVID-19, las marcas deben buscar soluciones para que no se hagan añicos las relaciones con sus clientes y tales soluciones no tienen por qué ser caras.
Los webinars y los eventos online están en la cresta de la ola en estos momentos y son una excelente manera de lograr que las marcas sigan firmemente presentes en las mentes de sus clientes. Además, este tipo de eventos no hace sino acelerar la digitalización dentro de las empresas (lo cual es siempre una buena noticia en vista de lo «embarrancados» que estaban los esfuerzos digitales en no pocas compañías antes de la crisis).
2. Emprender nuevos métodos de comunicación en tiempos de distancia social
El «home office», ese que tanto temían otrora algunas empresas, se ha convertido en estándar en tiempos de coronavirus.
La pandemia ha forzado a las compañías a abrirse paso en territorios inexplorados hasta la fecha y ello representa una importante oportunidad desde el punto de vista del marketing.
Si las ferias y la publicidad exterior se quedan huérfanas de relevancia, las marcas tienen que conectar con sus potenciales clientes en aquel lugar donde les toca estar en estos momentos: en casa
La publicidad en internet, en la radio y en la televisión no son nuevos canales ni mucho menos, pero son cada vez más pujantes en los momentos de confinamiento a los que nos ha abocado el COVID-19.
En el momento actual las marcas tienen, no solo la oportunidad de conectar con nuevos grupos de público objetivo, sino también de abrazar nuevos canales (los digitales en particular) para expandir su «expertise» marketero.
3. Poner el foco en determinados grupos de público objetivo
El COVID-19 brinda a las marcas la oportunidad de repensar sus canales de marketing y también sus grupos de público objetivo (a fin de estudiarlos más a fondo).
En épocas de vacas gordas las marcas corren el peligro de caer en la rutina y de agarrarse como un clavo ardiendo a «lo viejo conocido». En momentos de incertidumbre las marcas pueden y deben someter a examen sus estrategias de marketing. Y eso pasa por apostar con renovado brío por los canales digitales, en cuyas entrañas hay alojadas muchísimos datos para conocer mejor al target y brindarle una comunicación más personalizada y eficaz.
4. Aprovechar la oportunidad para hacer «brand building»
El coronavirus es un buen momento para hacer branding. Es más importante que nunca, al fin y al cabo, seguir siendo visible a ojos de nuestro target.
Es comprensible enarbolar la bandera de la austeridad en momentos en los que la economía está inevitablemente lastrada por la debilidad. Aun así, hacer recortes excesivamente drásticos en los presupuestos de marketing puede amenazar la existencia de la propia compañía a largo plazo.
En momentos difíciles es importante que las marcas sigan dando la cara y compartiendo con sus clientes cómo están lidiando con la situación. Es vital que las marcas no caigan en una suerte de «hibernación» marketera y que sigan haciendo llegar sus mensajes a sus clientes, a sus inversores y sus socios.
5. Dar una vuelta de tuerca a las estrategias de marketing y prepararse para la próxima crisis
Aun cuando la pandemia del COVID-19 sea absolutamente única (por inusitada), no quiere decir que las marcas no puedan ser confrontadas con situaciones similares en el futuro y por eso deben estar preparadas por lo que pueda ocurrir.
De la necesaria reforma de sus estrategias de marketing y de la agilidad aprendida en momentos de crisis, las marcas pueden salir reforzadas a largo plazo. ¿Cómo? Echando mano de los aprendizajes emanados -en su día- del coronavirus si emergiera eventualmente una nueva crisis.
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